Autor: Ibéyise Pacheco, periodista egresada de la UCV (1986)
251 páginas
Lanzado en Diciembre de 2010
Al leer Sangre en el Diván, una de las primeras características del texto que salta a la vista es la precisión, en muchos casos exagerada. La autora incluye fechas, horas y hasta minutos, a través de todo el recorrido de sus letras.
No es el primer libro de esta periodista egresada de la Universidad Central de Venezuela en 1986, y desde entonces autora de numerosos trabajos de investigación. Su primera obra publicada fue "Bajo la Sotana, confesiones del Padre Pablo", siempre caracterizándose por tratar temas escabrosos o polémicos.
Esta vez el tema es el Dr. Edmundo Chirinos, quien en pleno uso de sus facultades como psiquiatra cometió el asesinato de Roxana Vargas, una estudiante del 8vo semestre de Comunicación Social, en la universidad Santa Rosa. En 6 capítulos se narra el caso que causó revuelo en los medios de comunicación nacionales, debido a las relaciones que tenía Edmundo Chirinos con la élite de la política venezolana.
Cuando leía esta última obra de Ibéyise Pacheco me fascinó la capacidad que tiene para hacer que el lector quiera seguir la lectura sin pausas. Sin embargo, se vuelve tediosos leer repetidas veces los mismos datos. Por ejemplo, en el libro se nombra -al menos- una docena de veces, la cantidad de fotos de mujeres desnudas encontradas en la residencia del Dr. Chirinos (1200 imágenes). Creo que el libro pudo haber estado completo en menos de 200 páginas, ya que muchas sobran al recortar la gran cantidad de repeticiones presentes.
Sangre en el Diván cuenta con capítulos narrados es primera persona, desde la perspectiva de Chirinos, y desde la perspectiva de reconocidos médicos, quienes exponen su opinión acerca de las posibles patologías que pueda estar presentado el doctor, no para justificar el crimen, sino para encontrar causas que lo hayan llevado a este trágico desenlace. Pero cabe destacar, que el libro en su mayoría está escrito desde la perspectiva de un narrador testigo, lo que hace posible que el lector aprecie más el trabajo de investigación que se llevó a cabo.
Esta obra muestra en muchos momentos, la ineficiencia del sistema judicial y policial venezolano y debería ser recomendado en las escuelas que formen dichos profesionales, mas, para ser recomendado en una escuela de comunicación social, el texto deja mucho que desear, en mi apreciación, Pacheco cae en el detallado excesivo de ciertas cosas, que no tienen relevancia: "...deteniendo sus dedos en el borde de los labios, apenas cubiertos con un brillo con aroma de naranjas...", por ejemplo.
Para finalizar, el anexo de la entrevista de Miyó Vestrini con el protagonista me pareció que carecía de importancia y sin él, el libro seguiría teniendo la misma calidad, es decir, no aporta nada extra al tema de Sangre en el Diván.
En general el libro me gustó y durante los 2 días que tardé leyéndolo disfruté de lo interesante de la trama.
@Kaysha_V
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