¿Qué fue lo que me hizo usted dulce morena?
Ahora no encuentro algo más armonioso que el sonido de sus carcajadas sonoras.
Ahora quiero que sea el ritmo de su corazón agitado el que marque el compás de todos mis momentos.
Ahora dejo pasar los errores ortográficos que a veces se infiltran en sus mensajes simples de buenos días.
Ahora sonrío tontamente recordándome jugar con sus rizos y sintiendo la calidez de su cintura.
Yo no sé qué fue lo que me hizo usted que ahora solo tengo voluntad para ir detrás de su silueta.
No sé de razones, motivos ciertos, realidades, es por usted que no me importan tantas cosas
¿Cuándo se instaló en mi corazón?
¿Dónde nos dimos ese beso que le dio un vuelco a mis perspectivas?
¿Cómo consiguió doblegar mi fortaleza y hacerme ansiarla durante todos los días y las horas?
¿Por qué se me humedecen los ojos si yo sé qué usted no es mía?